Hace unos meses durante el Festival Wine & Poetry de la Casa Bukowski en Chile, le obsequié mi libro Aires de Tormenta a la escritora Martha Grondona de Salta, Argentina. Pasaron unos días y me envió una nota con unas palabras sentidas sobre el libro. Luego supe que estaríamos juntas en el XVI Encuentro Internacional de Escritoras (EIDE) en Manta, Ecuador y le pedí me acompañara con unas palabras sobre el libro para presentarlo en ese país.

Su respuesta no se hizo esperar. Palabras que aún resuenan en mi corazón porque ella me conoce hace más de dos décadas y le agradezco inmensamente su visión sobre mi trabajo poético.

LES COMPARTO LAS HOJAS CON SU PRESENTACIÓN
MARTHA GRONDONA
Presentación del poemario AIRES DE TORMENTA
Considero una distinción muy importante para mí, que la prestigiosa poeta María Juliana Villafañe me haya solicitado presentar su hermoso libro, AIRES DE TORMENTA.
Poemario bilingüe de la multifacética poeta puertorriqueña María Juliana Villafañe, traducido al inglés por la autora con la fluidez de quien lo maneja como a su lengua materna.
Con gran placer voy a referirme a esta poesía de alta literariedad, escrita en verso libre, desdeñando , según la poeta uruguaya Delmira Agustini, al tirano empurpurado.
Con un muy buen prólogo de Gloria Hernández, la poeta abre AIRES DE TORMENTA con Vendaval, continúa con Tempestades y cierra con Ráfagas; todo el contexto del libro posee gran unidad, fruto de su talentosa lucidez; se desgrana en un “vendaval” de poemas, dando rienda suelta a sus fantasmas; sin metáforas herméticas ni palabras estridentes, con la sencillez de lo sustancial.
AIRES DE TORMENTA se sostiene, en mi parecer, sobre tres pilares esenciales: el amor, el cuerpo y el tiempo. El amor a los prójimos, a sí misma, al varón amado, la fusión en el amor; el amor filial, el amor sororal y el amoroso respeto a la naturaleza donde, dice Arturo Dávalos, poeta salteño, se esconde Dios.
Voy a leer un fragmento del poema SAGRADO SILENCIO, que inicia Vendaval, donde la autora deja traslucir, en una vivencia personal y recóndita que abarca el amor, el cuerpo y el tiempo, todo su ser excepcional que no se deja atrapar por la realidad ni los calendarios sino que en un vuelo cósmico es capaz de alcanzar los más altos umbrales.
En la soledad de mi alcoba
casi al despuntar la mañana
invadida por el insomnio
me fui a caminar
los senderos de Machu Pichu.
………..
Se apoderó de mi cuerpo
un olor a piel / reconocida
un temblor convulso
grito ancestral
mientras las aguas del cielo
se derramaban e interrumpían
el sagrado silencio.
Son estrofas del primer poema de AIRES DE TORMENTA; palabras textuales de la poeta.
Digo con César Vallejo: ¡Oh, escándalo de miel de los crepúsculos!
Respecto al cuerpo, el de los otros y el propio, cuerpo de mujer amable y atractiva, cautivo de dolor físico y emocional al que no está dispuesta a rendirse, sino a enfrentar en lucha constante hasta alcanzar la victoria.
La poeta se considera una Juana de Arco SXXI; María Juliana Villafañe puede ser también una actualización de Juana de Asbaje, por su valentía para poner a la vista de todos tanta vida, sus sentimientos más hondos, el sufrimiento, tantas vivencias arrancadas desde lo más profundo, experiencias astrales y extracorpóreas; ha vivenciado lo que Walt Witman expresa como un deseo: ¡Ojalá pudiese contemplar… mi propia crucifixión y mi corona de espinas!
Dice María Juliana “surco los aires…ser sin raíces…que vuela, vuela, vuela…”, aunque “los ojos de la muerte me han mirado” y “desbordo en lágrimas…por el cuerpo que hoy me declara una vez más la guerra…por esta batalla que venceré.”
“Deseo tanto sanar”. Hace falta una palabra más para evidenciar la fortaleza, la resiliencia, de la poeta que se autodefine y con enorme coraje confiesa “nunca he sido mujer de miedos”, lo que es indudable.
En cuanto al tiempo, ese invisible e impiadoso perseguidor; va calculando lo vivido y lo que aún falta. María Juliana Villafañe, poeta de fuste, “camina sin mirar atrás”, dispuesta a vivir intensamente “el amor que se cuela por los intersticios de la vida”. Son palabras de la autora.
Indudablemente nuestra poeta es una mujer muy corajuda, como ella misma lo dice “no pertenezco al cielo al agua o a la tierra”. Sabe volar los espacios siderales como lo haría una bella luciérnaga porque es un ser de luz.
Vendaval es poesía íntima, muestra en carne viva el desamparo; el desamor, las pérdidas, la soledad, su cuerpo doliente.
La fina sensibilidad de María Juliana Villafañe no soslaya la mirada del otro, escucha las voces mudas; en Tempestades, “aprendí a sobrevivir en la jungla de la vida /no/ en ese paraíso terrenal”. Compara la civilización con los cocodrilos; lloran mientras devoran a su presa. En el poema Lluvia noto similitud con el poeta salteño Olver Martínez Borelli, muy directo; aquí, en AIRES DE TORMENTA, interpreto la metáfora. Observo una mirada ecológica, en Tempestades, saldrán “a reclamar su territorio” los animales, la lluvia y el mar. Nos dice María Juliana.
El vendaval y las tempestades templaron su carácter aguerrido e indómito, de mujer luchadora que nunca se dio por vencida ante las vicisitudes que la vida le presentó. María Juliana es la mujer fuerte, la que siempre tiene el candil encendido.
Advierto en Ráfagas el sentir de la vida, de un pasado que fue, que acecha y una fortísima fe en el futuro que deslíe recuerdos y está dispuesta al cambio. “Hay tanta vida por vivir “.
Leo un fragmento de RECONQUISTA
El pasado
como una sombra
me acecha
sueño fantasmal
desmorona el recuerdo
…….diluyendo el dolor
El futuro me reconquista.
Con éste poema María Juliana Villafañe cierra, magistralmente, el poemario.
AIRES DE TORMENTA, entra en lo sublime, como afirma E. Burke, descontando el lucro y lo bello, aunque en éste poemario la belleza suma, haciendo hincapié en el drama del vivir, porque es lo que nos golpea y transforma.
Ningún lector será imperturbable ante la poesía potente y delicada de María Juliana Villafañe.
Martha Grondona
Salta, septiembre de 2025